miércoles, 13 de mayo de 2015

SOS por el patrimonio arquitectónico villaclareño








 Por: Hector Reyes Reyes



El patrimonio arquitectónico villaclareño, como el del resto de la Isla, exhibe un alarmante estado de destrucción. En los trece municipios se erigen edificios construidos entre los siglos XIX y XX que en la actualidad parecen peligrosos péndulos a punto de provocar una desgracia.

Caibarien, Sagua La Grande, Encrucijada y Remedios muestran antiguas edificaciones convertidas ruinas. Santa Clara, capital provincial, no está exenta el problema. El reparto centro alberga edificios en peligroso estado de deterioro.

Los ejemplos son muchos: El cine Villa Clara fue destruido por un incendio hace décadas. En su segunda planta existe una cuartería de viviendas que el pasado sábado también sufrió el destrozo de las llamas.

Otros son el salón de belleza ubicado en la calle Colón, frente a la tercera estación de la Policía; la casa #1 de Buen Viaje, que para colmo colinda con el Centro Provincial de Patrimonio, y los antiguos hoteles Roosvel y Pasaje.

En los municipios la situación no es diferente. La colonia española, en Caibarién, donde radicaba la galería de arte Leopoldo Romañach, está "a punto de desplome". El cine teatro Ignacio Cervantes, que solo conserva la fachada, y los almacenes del puerto, están destruidos casi por completo.

En Remedios, la Facultad de Medicina ofrece una vista preocupante, con sus paredes amarillo mohoso y el mal estado de puertas y ventanas. Casinos, y hasta la glorieta del pueblo de las parrandas, corren la misma suerte.

Sagua La Grande cuenta con un gran número de casas particulares en franco deterioro, mayormente en el consejo popular Centro Victoria, Villa Alegre y Pueblo Nuevo. Muchos propietarios han acudido a diferentes instituciones sin haber recibido apoyo.

El caso de Encrucijada es complicado porque las construcciones locales son mayoritariamente de madera, con ese interesante sistema estadounidense con el cual los colonos azucareros de la República dotaron a "la cenicienta de Villa Clara".

En estas ciudades del litoral, el salitre afecta las construcciones; lluvias y ciclones añaden problemas, pero es el factor humano el principal culpable del deterioro y el único que puede solucionarlo.

No son ciclones ni sismos los que remueven estructuras y han llevado a los inmuebles a tan lastimoso estado. "La causa más importante de la lamentable pérdida patrimonial —dijo el periodista independiente Carlos Michael— es la ineficiencia de los gobiernos locales".

Las reparaciones de las empresas estatales son ineficaces. Edificios rehabilitados en diciembre se agrietan y sus paredes se deforman con las lluvias de mayo. "Los planes de entrega siempre son apresurados y se trabaja mal", reconoció un dirigente que pidió anonimato.

Se han realizado algunos proyectos, como la renovación de edificios en Santa Clara: El Billarista y Santa Rosalía, en la calle Máximo Gómez, y la Plaza Apolo, convertidos en tienda, restaurante y mercado de souvenires, respectivamente.

"Pero todo con fines comerciales", dijo el ingeniero Héctor Reyes Hernández. "El gobierno provincial carece de presupuesto para reparar un edificio antiguo si este no le reembolsa lo invertido en el proyecto", señaló.

Una muestra constituye, en Santa Clara, un céntrico enclave que fue, desde siempre, una cuartería. El gobierno provincial sacó a todos los habitantes por peligro de derrumbe. Pero, "pronto mi cuartería será parte del Hotel América", comentó un exresidente.

"El gobierno provincial carece", o dice carecer; el caso es que los cadáveres arquitectónicos se acumulan. "Un día se caen, matan a alguien y vienen y lo reparan", lamentó una anciana frente al cine Villa Clara.

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